Una buena razón...

Extraño el DF, con su ruido, tráfico y todo lo que implica vivir en tan difícil ciudad, extraño el estar más cerca de mí familia y extraño a mis amigos de por allá, aun que a veces se que la distancia enfría la situación en muchas ocasiones los hecho de menos.

Aquí en Cancun las cosas son difíciles y les explicaré ahora el por que, hace unos días la persona a quién más adoro en esta vida osea mi mamá se me puso malita por lo cual en los próximos días la tendrán que operar de su corazón y lo único que siento es que a veces cuando pienso en eso mi corazón también se para, se pone triste y mis ojos se llenan de lágrimas, entonces miro al cielo y solo de mi mente salen palabras que se vuelven oración para alguien que es mi todo en la vida.

Hoy por la mañana mientras manejaba hacia la oficina y era ella, me dijo que estaba mejor y que el médico le dijo que la cirugía no sería tan seria como estaba planeado, le pedí que no me mintiera y que de verdad me dijera la verdad, entonces me dijo que mi hermano Javier podría confirmar la noticia.

Javier con un nudo en la garganta me ha confirmado la noticia y en ese momento me senté ante el mar y de una manera como nunca le agradecí a Dios el permitir que mi madre siga con una mejor salud, aun se que la van a operar y se que estará un poco delicada, se que Dios me la cuidara mucho y que todo va a salir bien.

Esta es una buena razón para salir y sentarme a ver el mar de Cancún y tomar un café con Dios, que siempre me ha escuchado.